Era otoño de 1997, el curso universitario comenzaba en la ciudad de California. En el campus de la Universidad Estatal los chicos y chicas charlaban sobre las actividades que habían hecho en el verano y lo bien que se lo pasaron, pues los amigos y amigas se volvían ver después de tres meses y tenían muchas cosas que contarse, otros preferían acomodar sus cosas en sus residencias.Todo eso lo observé mientras que avanzaba en el coche de mis padres que me acompañaban a la residencia donde me instalaría. Yo, Angie, una chica muy alta, delgada, con el pelo largo, a mitad de la espalda , de piel bronceada y con unos ojos llamativos de color verde agua, salía del coche después de atravesar todo el campus para ir a la habitación donde dormiría y haría mi vida normal, aunque un presentimiento me decía que esta vez sería distinto que los años anteriores, pronto pude ver a dos chicas que venían hacia mí, no las podía apreciar con facilidad, ya que estaban muy lejos, eran altas, una con el pelo corto y otra con el pelo largo, una de raza blanca y otra de raza negra, conforme se iban acercando las distinguía con más facilidad,¡eran Lisa y Caroline! mis amigas de la infancia y venían gritando: ¡Angie tenemos novedades!, salí corriendo, en busca de ellas para poderlas abrazar, cuando pude estar a su lado, pudimos contarnos millones de cosas. Pasado un mes llegó un chico nuevo a la clase, la profesora de Legua, la señorita Peterson, nos lo presentó, se llamaba Jack Norton era de estatura normal, gordito y de aspecto desarreglado. Jack se acomodó bastante bien al grupo, aunque no era un chico que se relacionase con la gente, siempre estaba solo. Hacía ya una semana en la que Jack no dejaba de observarme, en el patio, en la clase, hasta incluso llegaba a seguirme por los pasillos y cuando miraba hacia atrás él se escondía. Empecé a preocuparme por la actitud de este chico, algo malo presentía. Un día preparándome el examen de Física en el cambio de clase, Jack se acercó por mi espalda y de repente sin pensarlo, se me declaró, yo, desgraciadamente para él, tuve que decirle que no, ya que yo no sentía lo mismo. Él agachó la mirada y se fue corriendo, algo me decía que esto me iba a costar caro, entonces el viernes por la tarde hacia las nueve y media, que salí de la biblioteca , porque tenía que estudiar, me dirigí a mi habitación y al llegar me encontré la puerta de mi residencia entreabierta, mi corazón latía a doscientos, hasta que me decicí a entrar y cuando fui a encender la luz alguien por la espalda me dijo susurrando: "te di una oportunidad y no la aprovechaste", sentí un dolor en la espalda muy intenso, que atravesaba mi corazón, este mismo dejó de latir y caí desplomada al suelo, mis ojos se cerraron y mi última imagen fue el rostro de Jack. Pasadas unas horas cuando vieron que no había ido a clase la señora de la limpieza entró en mi habitación en mi búsqueda y se encontró a mi cuerpo y a mí muerta, salió corriendo y fue a avisar a todo el mundo para llamar a la policía. Ese mismo día la policía entró en el recinto de la Universidad, mientras unos investigaban dentro de la habitación, otros iban a ver a las personas más allegadas a mí, Angie, es decir, fueron a hablar con Lisa y Caroline, ellas le dijeron que sospechaban de Jack, porque llevaba varios días acosándome, entonces fueron a hablar con Jack y le cogieron su huella dactilar, el equipo de policía que había investigado en la habitación había descubierto una huella en el pomo de la puerta y cuando compararon las dos huellas descubrieron que coincidían. Unos meses más tarde Jack entró en prisión.
Firmado: Noelia Sánchez López
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